¿A quién pertenecen los datos de nuestros rostros?

¿Qué pasa con los datos generados a partir de tu cara? ¿Y qué significa que tu cara se convierta en datos?

Ya existen muchos datos sobre millones de caras. Hemos ofrecido nuestros rostros en las redes sociales y en las fotos almacenadas en la nube. En muchos centros comerciales tienen una cámara que lee tu rostro y determina la temperatura para permitir el acceso por temas de pandemia.

El problema es que aún no hemos determinado a quién pertenecen los datos asociados a los contornos de nuestros rostros leídos por todas estas aplicaciones.

Casos recientes

En la era de las grandes tecnologías, tenemos que reflexionar sobre las expectativas que podemos y debemos tener sobre quién tiene acceso a nuestros rostros.

  • Los recientes disturbios en el Capitolio de Estados Unidos han puesto la cuestión en el punto de mira, ya que el reconocimiento facial se convierte en una herramienta vital para identificar a los que participaron en la protesta.

Incluso antes de los disturbios, la tecnología de reconocimiento facial se estaba utilizando de muchas maneras que probablemente no hemos considerado con la suficiente seriedad, y muchos de nosotros hemos contribuido voluntariamente a generar datos sobre nuestros rostros, ya sea explícita o implícitamente.

Estas cámaras captaron cinco millones de imágenes de clientes y utilizaron un software de reconocimiento facial que generó más datos, incluidos el sexo y la edad.

  • Los gobiernos y la vigilancia van de la mano, y la tecnología de reconocimiento facial les da más opciones y formas de rastrear y restringir el movimiento de las personas dentro de sus fronteras.

La ciudad de Londres decidió el año pasado desplegar cámaras con capacidad de reconocimiento facial junto a sus 627.727 cámaras de CCTV. La medida provocó protestas.

Estamos dando nuestro consentimiento

Muchos estamos familiarizados con la tecnología de etiquetado de fotos de Facebook, que etiqueta no sólo tu cara, sino a otras personas en tus fotos. Esta tecnología también está presente en las apps de fotos de Google y Apple.

Pero este tipo de tecnología de reconocimiento facial se está extendiendo a otros ámbitos:

  • El fabricante de automóviles Subaru la despliega para detectar distracciones al volante.
  • Apple ofrece funcionalidades llamadas HomeKit que cruzan los datos recogidos de varios dispositivos y utiliza el reconocimiento facial para decirte si un amigo, reconocido por tus fotos, está en la puerta.
  • Nest Hub Max de Google emplea la tecnología de reconocimiento facial para, literalmente, buscarte; de la misma forma en que siempre está escuchando para oír las palabras: «OK, Google».
  • Hirevue utiliza la inteligencia artificial para evaluar las imágenes de posibles empleados y decidir sobre su idoneidad y probabilidad de éxito.
  • PimEye, la web que permite localizar con una foto a alguien en Internet. Esta página creada en Polonia logra que sepamos la identidad de algunas personas proporcionando solo una imagen de su rostro.

Reflexiones

El rostro humano es una de las cosas más básicas que los niños pequeños reconocen y aprenden, a medida que sus cerebros ordenan el mundo. Es una parte fundamental de lo que somos como especie, su importancia es tal que apenas puede expresarse con palabras.

Nuestras expectativas sobre la recopilación de datos y la privacidad no se ajustan a lo que realmente es la recopilación y el almacenamiento de datos, sean faciales o no. Nuestros datos personales se han recogido y se recogen cada día a un ritmo asombroso. Esto está provocando un cambio fundamental no sólo en términos económicos y éticos, sino en la forma en que vivimos como seres humanos.

¿Estás consciente de la cantidad de datos que suministras a diario que podrían comprometer tu privacidad y seguridad? ¿Qué aplicaciones utilizas para proteger tus datos? ¿Qué «rutinas» tienes para proteger tus datos?